EL PUENTE

   
 El puente del pueblo Ching-Ming estaba siempre lleno de jente, y ahora más todavia porque estaban de fiestas.
Si querias pasar, tenías que hacer camino con la fuerza. Un día, un ciudadano se cayó al río y se lo llevo la corriente.
Desde ese incidente, todos los años cae una persona y se la lleva la corriente. Un año, un ciudadano tuvo una idea: cojer un barco y seguir la corriente para ver a donde llevaba.
Lo probaron, y a los dos días llamaron informando de que habían encontrado a todos los desaparecidos y que venían de vuelta a casa.
Cuando volvieron, decidieron poner una valla de dos metros de alto al rededor del puente y hacer el puente más ancho para que no desapareciera más jente.